Sevilla: la capital andaluza que reinventa la experiencia carnívora Cuando se habla de gastronomía sevillana, los platos tradicionales suelen acaparar la atención. Pero últimamente la ciudad también ha sabido transformar la carne a la brasa en un auténtico arte culinario, donde la elección de los cortes, el método de cocción y el ambiente del restaurante crean una experiencia única. Cada pieza de carne se selecciona con rigor, desde vacuno y buey hasta cordero y razas autóctonas, y se prepara buscando el punto exacto de cocción y el sabor más auténtico. Las brasas de encina, olivo o quebracho aportan matices distintos, y la maestría de los parrilleros se convierte en un ingrediente invisible pero esencial que marca la diferencia. Destinos imprescindibles para los amantes de la carne Asador Rafael Martínez, en Alcalá de Guadaíra, fusiona tradición y modernidad. Sus carnes de buey, vacuno y lechazo provienen de distintas regiones de España y Portugal, y se preparan siguiendo técnicas que mantienen el sabor intacto. Su espacio combina terraza y salón interior, ofreciendo un ambiente versátil para comidas familiares o encuentros profesionales. Asador Almansa, en pleno centro de Sevilla, destaca por su carta de carnes selectas, como chuletón de vaca vieja, wagyu japonés y vaca retinta. Además de los clásicos, ofrece platos innovadores y opciones de pescado y mariscos a la brasa, convirtiéndose en un punto de referencia para quienes buscan calidad y creatividad. Bodega Aljarafe, en Castilleja de la Cuesta, apuesta por la excelencia en cada corte, con vacas Rubia Gallega y Minhota y buey madurado durante años. Su propuesta se centra en el sabor puro de la carne, sin artificios, y el ambiente cálido del local completa la experiencia. Asador La Perdida, a las afueras de Sevilla, lleva la maduración de la carne a un nivel superior, con procesos que superan los 180 días. Su enfoque combina innovación y respeto por la tradición, ofreciendo cortes como charolesa, wagyu y black angus en un entorno gastronómico cuidado hasta el último detalle. Atahualpa, en la calle Salado, y Malambo’s, en el corazón de la ciudad, trasladan la parrilla argentina a Sevilla. Aquí, el asado se convierte en espectáculo, con cortes típicos como bife de chorizo, entraña y mollejas, acompañados de clásicos como empanadas criollas o flanes caseros, creando una inmersión total en la cultura del sur de América. Leña al Lomo combina arte y gastronomía: cada corte se cocina sobre carbón de encina, y la cocina vista permite seguir de cerca la preparación de platos como pulpo a la brasa o steak tartar. La propuesta busca sorprender con técnicas y sabores, manteniendo siempre el producto en el centro. Hermanos Guadalupe y Altobrasa, por su parte, se distinguen por ofrecer cortes de primera calidad, con maduraciones precisas y opciones tanto nacionales como internacionales, desde vaca rubia gallega hasta Kobe japonés, complementando la experiencia con entrantes creativos y postres originales. Finalmente, La Finca, en la Avenida Montesierra, completa la lista con su enfoque moderno y cuidado del detalle, ofreciendo carnes selectas y un espacio que combina diseño contemporáneo con confort, ideal para los que buscan disfrutar de la carne en un entorno exclusivo. Dispone de una terraza amplia y un interior reconfortable que acompaña. Una experiencia más allá del sabor La carne a la brasa en Sevilla no se trata solo de cocinar bien: es la suma de historia, técnica, productos de calidad y atmósfera única. Cada restaurante ha desarrollado su propio lenguaje gastronómico, haciendo que un simple almuerzo o cena se transforme en una experiencia memorable. Para quienes buscan explorar la ciudad a través del sabor y la tradición, estos asadores se han convertido en paradas obligatorias, mostrando que Sevilla también sabe reinventar la parrilla con estilo y creatividad. Navegación de entradas Sabores con historia: la ruta gastronómica que enamora VIAJAR CON EL PALADAR: CINCO DESTINOS DONDE LA GASTRONOMÍA MARCA EL RUMBO